14 de octubre de 2009

Etimología de "fenicio"

El término "fenicio" aparece por primera vez en La Odisea de Homero en relación con la púrpura, una sustancia extraída mediante el aplastamiento de conchas de múrex que proporcionaba un tinte rojizo, que se conocía como phoinix. Este término derivó del griego phoinos, que designaba el color rojo de la sangre. La explicación tradicional para el vocablo con el que los griegos bautizaron a estas poblaciones es que eran las principales productoras y exportadoras de púrpura en la Antigüedad.

También se le pueden buscar otro tipo de explicaciones que tienen que ver con el especial gusto (tanto estético como ritual) de los fenicios por este color, que decoró sus viviendas y con el que tiñeron a veces sus cabellos.

El término phoinix también se pone en relación con la mitología y con el personaje de Phoinix, un mítico rey de Tiro y al que se le atribuyó el invento de la púrpura para teñir los tejidos, todo de forma casual, cuando un perro mordió un molusco y quedó su hocico manchado de color rojo y el animal fue llevado por su amo ante el rey, el cual rápidamente tomó el color como símbolo real y lo instauró para vestir a los miembros de la monarquía. A este mismo monarca se le atribuyó la invención del alfabeto.

Otros filólogos defienden un origen egipcio del término, ya que en los textos de las pirámides el término phenju designaba a los leñadores de la costa libanesa. Lo único que está demostrado es que el término de "fenicios" no fue empleado jamás por ellos mismos.

Muy probablemente los fenicios se denominaron a sí mismos "cananeos", ya que Canaán es como se conocía a ese mismo territorio desde el tercer milenio a.C. y este término sí tiene una raíz semítica y no indoeuropea.


Fuente: "Los fenicios: del monte Líbano a las columnas de Hércules" de Fernando Prados Martínez

24 de junio de 2009

Enterramientos

Los fenicios señalaban las tumbas en el exterior con unas piedras, talladas o no, a las que denominaban massebat. Las inscripciones mencionan a menudo el término "massebat entre los vivos" aludiendo a la señalización pétrea como una materialización física del alma del muerto. El massebat funcionó en la cultura fenicia como soporte del alma, que de esa manera se mantenía siempre viva.

El tipo de tumba por excelencia es el hipogeo, es decir, la tumba de cámara excavada en la roca. A estos hipogeos se podía acceder desde un pozo vertical o desde un corredor. Este "dromos" podía ser una rampa lisa de piedra o de arena, con una inclinación aproximada de unos 25º, o bien estar escalonado.

A los muertos se les concedían cuidados particulares. El alma vegetativa, nephesh, exigía que se la asegurasen alimentos y agua, y así se hacía. Para esto último algunas tumbas estaban provistas de ingeniosos dispositivos destinados a hacerla llegar hasta el difunto. Además del alma nephesh existía el espíritu ruach. La primera permanecía junto al cuerpo, en la tumba; el último se alejaba por el contrario. A la que permanecía se la alimentaba, al otro no. La nephesh residía en las entrañas, el ruach en el corazón (sitio de la inteligencia según los fenicios) y en la sangre.


Fuentes: "Historia de las religiones" de Juan B. Bergua y Juan Bautista Bergua Olavarrieta, "Los fenicios" de Fernando Prados Martínez

2 de junio de 2009

Los Sacrificios

Los sacrificios de los fenicios, a causa de su carácter sanguinario, eran célebres en la antigüedad.

La religión, como todo lo social, es un consecuencia de la psicología de los pueblos. Un pueblo agricultor producirá una religión tranquila, sus dioses serán agrarios y sus sacrificios consistirán en productos de la tierra. Un pueblo guerrero u oligárquico, tenía que caer en los sacrificios sangrientos. Por eso los sacrificios humanos (molk) de este pueblo fueron más bárbaros y más duraderos que en ningún otro de la antigüedad.

Los rituales se realizaban tanto en recintos cerrados como en espacios abiertos, especialmente bosques y colinas. Los bamah (lugares de culto) disponían de un altar de sacrificios y una representación no antropomorfizada del dios en cuestión. En el recinto exterior de los templos se erigía una pequeña colina artificial que servía de bamah.

En teoría, los molk se realizaban como ofrendas a las divinidades en circunstancias de peligro para el estado, momento en el que se sacrificarían los hijos primogénitos de las familias principales de la ciudad, aunque se admitía la compra de un niño de una clase social inferior como víctima sustitutiva.

Otros investigadores han indicado que el molk consistía en un infanticio encubierto, y que su auténtica función era actuar como mecanismo regulador de la población en respuesta a una crisis económica.

En Cartago se ha descubierto un amplio recinto en el que durante siglos se amontonaban las urnas que contenían los huesos calcinados de los niños inmolados en los sacrificios.

Con el tiempo los animales sustituyeron a los niños. En los sacrificios de fundación que durante siglos exigieron siempre una víctima humana, se acabó por sustituir ésta por una lámpara.


Fuente: "Historia de las religiones" de Juan B. Bergua, "Protohistoria" de Francisco Gracia Alonso y Glòria Munilla Cabrillana

19 de mayo de 2009

Dioses varios

DOM
Dios protector y de la vegetación nacido, según la mitología mesopotámica, sobre un cedro.

MASKIR
Conductor de las almas, asimilado a Hermes y Mercurio.

RAPHAIM
Antepasados divinizados, reyes o jefes de tribus, propiciadores de la fecundidad y de la vida, protectores de la familia real y de la tribu.

ACMONES
Divinidad progenitora, de la que proceden el Cielo y la Tierra.

MENRUMO
Hijo de los gigantes, enseñó a los hombres en los orígenes a vestirse con pieles de animales y a hacer fuego. En su honor los fenicios establecieron el culto a los muertos.

YAM
Dios del mar, personificación del caos.

NAHAR
Dios de los ríos, solía acompañar a Yam.

ADDU
Dios de la tempestad, hijo de Dagón y Sala.

MOLOCH
Dios protector de Cartago, al que se hacían sacrificios infantiles.


Varias fuentes

7 de mayo de 2009

Mito de Baal y Yam

Un poema cuenta la lucha entre Baal y el dios del mar, Yam. Este último, con su decisión de que le fuese construido un palacio, mostró su voluntad de establecer su soberanía sobre el resto de los dioses. Todos parecen ceder, pero Baal se levanta en medio de ellos y les reprocha su cobardía. Se prepara un combate en el que el gran dios El será el árbitro.

El advierte a Yam que le aguarda un duro combate, ya que Baal está asistido por las diosas Anat y Astarté. Chusor, el dios artesano, forja para Baal dos grandes mazas, gracias a las cuales consigue la victoria, y así el reconocimiento a su supremacía real sobre los dioses. Al rechazar las pretensiones del dios del mar, principio de la muerte y el desorden, Baal salva al universo de un retorno al caos.


Fuente: "Historia de las religiones Siglo XXI" de André Caquot y Henri-Charles Puech

1 de mayo de 2009

Mito de Eshmún y Astronoe

Eshmún, hermoso de apariencia y digno de admiración fue amado, según cuenta la historia, por la diosa Astronoe, madre de los dioses. El joven se acostumbró a cazar en valles boscosos. Cuando vió a la diosa cazando y siguiéndole con dificultad, cuando huía y ya a punto de alcanzarla, se castró con un hacha. Muy angustiado por su sufrimiento, ella llamó a Paian y habiendo revivido la llama de la vida en el joven con su calor vivificante le convirtió en dios.


Fuente: "Dioses, mitos y rituales de los semitas occidentales en la antigüedad" de José María Blázquez

Aleyin

"El que cabalga sobre las nubes", hijo menor de Baal. Espíritu y genio de la naturaleza, de las fuentes y los humedales; tenía el poder de hacer crecer las plantas. Tenía como misión hacer surgir agua de los manantiales y fuentes, para el riego de todas las plantas y su crecimiento. La humedad dependía de él y, por esto mismo, se constituía en espíritu de fuentes, manantiales, arroyos y ríos. Productor también de la lluvia.


Fuente: "Los fenicios: del monte Líbano a las columnas de Hércules‎" de Fernando Prados Martínez

26 de abril de 2009

Mito de Baalat

Los fenicios adoraban a Baalat, reina de Chipre. Ella se había enamorado de Tammuz (Adonai), hijo de Crusor, rey de los fenicios, y había abandonado su propio reino para habitar en Chipre, fortaleza de los fenicios, sometiendo al mismo tiempo a todos los chipriotas el rey de Biblos.

Amó a Ares antes que a Tammuz. Cometió adulterio con este último y su esposo Hefaisto (Chusor), que la había sorprendido y estaba celoso de ella, mató a Tammuz en la montaña del Líbano, cuando estaba a punto de matar al jabalí. A continuación, Baalat se quedó en Biblos y murió en Afqa, donde está enterrado Tammuz.


Fuente:
"Dioses, mitos y rituales de los semitas occidentales en la antigüedad" de José María Blázquez

Baalat Gubal

"Dama de Biblos", reina de Chipre, se asimiló con la egipcia Hathor y con Afrodita. Era la protectora de la navegación y se la representó con corona de creciente lunar, abrazando un disco y peinada al estilo hathórico. Hay distintas opiniones con respecto a si se identificaba con Astarté.


Fuente: "Dioses, mitos y rituales de los semitas occidentales en la antigüedad" de José María Blázquez

17 de abril de 2009

Shamash/Samas

Dios del sol, también lo podemos encontrar en la mitología mesopotámica como hijo de Sin (dios lunar) y en la sumeria nombrado como Utu.

Dios que todo lo veía y que se informaba durante su recorrido diurno a través del cielo, dios tutelar de los adivinos. Pero era también el dios que cada anochecer descendía por el ocaso hasta el dominio de los muertos, de donde volvía a surgir por las montañas del este llevando en sus manos una sierra.


Fuentes: "Dioses, mitos y rituales de los semitas occidentales en la antigüedad" de José María Blázquez, "Historia religionum" de Jouco Bleeker, Geo Widengren